Dra. Ionela Camelia Ralea, especialista en neurologíaEl accidente cerebrovascular es una emergencia médica absoluta debido al riesgo de daño cerebral irreversible que puede causar.El ictus corresponde o bien a una obstrucción cerebrovascular (arterial o venosa), en cuyo caso hablamos de un ictus isquémico, o bien a una rotura vascular cerebral con ruptura de sangre a nivel cerebral, en cuyo caso hablamos de un ictus hemorrágico. carrera.Con la aparición en la década de los 90 de la trombólisis y desde 2015 de la trombectomía, se ha producido una mejora significativa en la evolución favorable de esta patología.Reconocer los síntomas del accidente cerebrovascular es extremadamente importante para el diagnóstico más rápido y preciso y la administración más rápida del tratamiento adecuado.En la literatura médica y especialmente no médica, que populariza la información neurológica, y en las sociedades de habla inglesa, se usa una abreviatura, un juego de palabras: "be fast", que se traduce como "be fast" con la implicación de "be fast". frente a un derrame cerebral", al mismo tiempo que usa la abreviatura que sugiere cambios inducidos por un derrame cerebral reconocibles por todos.ANTES: B: equilibrio;equilibrio (trastornos agudos del equilibrio) E: ojos;ojos (trastornos visuales agudos) F: cara;cara (asimetría brutal de la cara) A: brazo;brazo (parálisis aguda de brazo/pierna) S: habla;habla (trastornos agudos del habla y/o de la comprensión) T: tiempo;tiempo (cuándo comenzó el ataque/tratamiento cronometrado)Paralelamente al tratamiento de la fase aguda y la valoración etiológica, todas las unidades neurovasculares tienen en su protocolo de tratamiento del ictus la prevención de complicaciones precoces que pueden presentarse hasta en un 50% de los pacientes: infecciosas, eventos trombóticos periféricos (TVP), enfermedades tróficas cutáneas trastornos, dieta, depresión, etc.Un equipo multidisciplinar especializado en patología neurovascular (formado por neurólogo, médico rehabilitador, enfermeras, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos, trabajadores sociales) realizará una planificación terapéutica desde la fase inicial del ictus, con el inicio de recuperación inmediata.La planificación incluye, además del balance y tratamiento médico del paciente, el programa de recuperación con el traslado más rápido posible y tan pronto como la condición neurológica del paciente lo permita al servicio de recuperación médica, apuntando también al posible hábitat potencial y/o socio - Adaptaciones profesionales del paciente.La evolución clínica de un ictus puede ir desde síntomas transitorios sin repercusión de lesión cerebral (es decir, con una RM cerebral normal), en cuyo caso hablamos de AIT, hasta secuelas mayores con invalidez permanente o muerte.Te recordamos que 1 año después del ictus muere aproximadamente el 20% de los pacientes.Afortunadamente, el 60-70% de los pacientes, aunque conserven secuelas, recuperan la independencia funcional, reincorporándose tres cuartas partes de los pacientes a su actividad profesional.En cuanto al tipo de ictus, el 50% de los pacientes con ictus hemorrágico mueren y el 50% de los supervivientes quedan gravemente discapacitados.Solo el 25% de los sobrevivientes se recuperan casi por completo y recuperan la independencia funcional.Las secuelas más frecuentes y reducibles son la afasia (dificultad en la comprensión y/o expresión – verbal, escrita o gestual) y la hemiplejía (imposibilidad de mover la mitad del cuerpo, miembro superior e inferior del mismo lado).Alrededor de un tercio de los pacientes conservan una afasia, lo que limita enormemente la interacción con personas del entorno sociofamiliar.Si en cuanto a la movilidad del miembro inferior se recupera parcial o totalmente, con posible deambulación (con o sin apoyo), en cuanto al déficit del miembro superior y la motricidad fina asociada, estos son extremadamente difíciles de recuperar.Incluso si no registran estas secuelas, los pacientes corren el riesgo de mantener una discapacidad invisible pero igualmente incapacitante dada por la fatiga crónica, los trastornos de concentración, el síndrome ansioso-depresivo.La epilepsia vascular, que se encuentra con frecuencia tanto en la fase aguda como a distancia del accidente cerebrovascular, a veces años después, requiere un tratamiento rápido y de por vida con un seguimiento neurológico riguroso.Demencia vascular: la aparición de un ictus aumenta 5 veces el riesgo de demencia, correlacionándose con la edad del paciente en el momento del ictus, pero también con su localización.En el 30% de los pacientes se presenta depresión lesional reactiva posterior al ictus y secundaria, lo que interfiere no solo en la calidad de vida del paciente, sino también en la de quienes lo rodean.No es raro que simultáneamente aparezca la depresión reaccionaria del entorno puesto frente a un ser querido que conserva importantes secuelas físicas, psíquicas o cognitivas.La pérdida de equilibrio y las caídas, por causas multifactoriales, son frecuentes después del ictus, siendo evaluados los pacientes en el equipo multidisciplinar, con una estricta adaptación del entorno de vida para prevenir o reducir este riesgo.En Arcadia Medical Recovery Hospital, los pacientes tienen a su disposición un circuito único y tecnología robótica para la rehabilitación neurológica después de un accidente cerebrovascular.Para información y citas llamar al 0232 920, Call Center Arcadia.Guarde mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que comente.Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam.Descubra cómo se procesan los datos de sus comentarios.